sábado, 5 de enero de 2013

Ese biberón ecológico

Esta entrada debí escribirla hace unas semanas, cuando la pregunta de una madre primeriza me la sugirió. Muy relacionado, además, con ese ahorro doméstico, que fue el origen de este blog. Muy relacionado, también, con eso de decrecer, de volver a retomar aquellos hábitos de vida y aquella economía de subsistencia, de trueque o de consumo propio que proporcionaba todas las necesidades nutricionales en condiciones óptimas y sin pasar por tantas manos, por tanto manipulador y especulador de alimentos (del dinero y del trabajo de otros).

Esta entrada no solo interesa a esas mujeres en estado de gestación, también a vosotros, hombres, inminentes futuros padres y potenciales futuros padres. Vuestra sapiencia, una vez leído esto, dejará boquiabierta a vuestra chica y a vuestra suegra, que siempre malmeterá con eso del chupete mojado en miel.. NO, jamás!!!, al menos en el primer año de vida, y cuestionará vuestra manera de poner el pañal. Les gusta presumir de nieto orondo, como si su progenitor fuese Michelín, que sus ojitos parezcan dos virgulitas entre los mofletes, y que sus piernecitas se asemejen a dos morcillas a punto de reventar. Ni caso, a las suegras y a las madres no hay que hacerles ni caso, los niños son crías de mamíferos que se alimentan a demanda, por instintos primarios de hambre y sed, con constitución propia,  no se les ceba como a los cerditos para san Martín.
 
A toda futura madre y madre primeriza atormentan (sí, ese verbo, atormentar) las mismas dudas: ¿Y si no puedo darle el pecho? ¿Le alimentará mi leche? ¿Sacará suficiente o se queda con hambre? ¿Le doy correctamente: tiempo de tetada, postura?

Empiezo a despejar dudas, empezando por la primera:

¿Y si no le puedo dar el pecho?
Si por cuestión anatomopatológica importante (malfomación de labios, lengua o paladar del recién nacido, o madre con problemas mamarios relevantes) no es posible la lactancia, no hay que amargarse, las leches artificiales aportan todos los nutrientes necesarios para el recién nacido. Es cierto que el sistema inmunológico, aún muy inmaduro en el RN, se refuerza con la leche materna, pero eso no significa necesariamente que sea más o menos vulnerable a enfermar.
Si las razones son de tipo personal, como es la decisión materna de no dar el pecho, este post puede que haga cambiar de opinión, pero si no fuese así, hay que respetar a esas madres que deciden no amamantar.

¿Le alimentará mi leche?
Salvo casos muy excepcionales, de tipo hormonal, en el que no exista subida de leche, todas, repito, TODAS las leches maternas son válidas y reunen las concidiones adecuadas para la cría del RN. Pero hay que tener en cuenta que cada niño es un mundo, y que aquella máxima de diz minutos en cada pecho con un intervalo de tres horas fue un craso error causante de un importantísimo porcentaje de fracaso en ese acto vital de amamantar a nuestros hijos. No todos los bebés succionan con igual eficacia, ya sea porque suelen quedarse dormidos en mitad de la tetada o bien porque el tono de la musculatura de su boca les dificulta extraer la leche de manera eficaz y en poco tiempo. El secreto, sobre todo en el primer trimestre de vida está en la paciencia y mucho amor, porque AVISO: pocas cosas resultan tan gratificantes como agotadoras en la crianza de un hijo como ese proceso de adaptación madre/hijo.

¿Sacará suficiente o se queda con hambre?
La primera fase de la lactancia, en la primera toma de contacto, existe el calostro, un oro líquido, escaso, tanto que parec no extraer nada, pero muy rico en nutrientes. Si dejásemos seguir el curso de la naturaleza, el RN pasaría el día unido al pecho, succionando constantemente. Días después del parto, entre el tercer o cuarto día, acontece la subida de la leche, que no es otra cosa que el protagonismo de la prolactina merced al cambio hormonal tras el parto y a la succión del recien nacido qu facilita su producción. Insisto: La producción de leche está directamente relacionada con la succión del niño, si espaciamos el tiempo entre tetadas y limitamos igualemente la duración de estas, decae él estímulo hormonal y por tanto la pruducción de leche. El estímulo mamario es el encargado de retroalimentar la producción hormonal de prolactina. El RN debe mamar tantas veces como tenga hambre, ya sea cada hora, cada dos horas o cada tres. A medida que pasan las semanas, el bebé se estabiliza y mantiene una pauta y una rutina que suele ser más o menos constante.
 
*Indido en esto último, la frecuencia:
La frecuencia con la que mama un RN depende del RN, es decir, existe el erróneo promedio de C/3 horas, que tanto confunde a las primerizas, cuando la norma universal es la siguiente: La tetada debe ser siempre a demanda, es decir, cada vez que el niño demande mamar, que suele ser con el llanto al principio o despertándose simplemente. No conviene que en el RN pasen más de tres horas, pero si el ritmo inicial se establece cada hora y media también es normal, o bien ciclos más irregulares, alternando descansos más largos o más cortos. Si hace el peso correcto (entre 150-200 gramos semanales), el RN está correctamente alimentado.

¿Le doy correctamente: tiempo de tetada, postura?
El consejo habitual es el de diez minutos en cada pecho, empezando siempre por el último que terminó, para asegurar el estímulo correcto de ambos y el vaciado completo. Pero rara vez suelen existir los niños de libro, es decir, que tarde esos minutos exactamente y que demanden cada tres horas su toma. De la misma manera que la demanda puede ser irregular, lo es también el tiempo que tardan en hacer una toma eficaz. A veces, el niño pasa mucho tiempo al pecho, pero no succiona o lo hace de manera inadecuada, lo qu le genera estrés y al pezón las indeseables grietas. En las preparaciones al parto suele enseñarse la manera correcta de poner la boca para que los labios y la lengua trabajen eficazmente, igual que la postura, que siempre será la más cómoda para la madre y el recién nacido, que evite malposiciones de espalda en la madre y asimetrías del cuerpo del niño con respecto al de la madre. En definitiva, no forzar posturas de uno ni de otro. Los hay que se quedan dormidos en mitad de la tetada, en tal caso se le intenta estimular para que continue, pero créanme: tarea imposible, no hay quien los saque de su gloria al calorcito del cuerpo materno y medianamente saciados. Solución: la paciencia de la que hablábamos arriba.
 
Y por último, algo que preguntan mucho las madres que amamantan:
¿Le tengo que dar agua?
 NO, madres y padres, NO, el recién nacido no precisa aporte de agua hasta los seis meses, en los que la Sociedad Española de Pediatría aconseja introducir los primeros alimentos distintos a la leche, que suelen ser en primera instancia los cereales. La razón es que la leche materna en sí ya contine el aporte hídrico necesario para que el bebé esté correctamente hidratado sin necesidad de aportarle agua, de hecho, completar la tetada, agotar el pecho sintiéndolo flácido, vacío, es importante por ese motivo, porque en principio, el golpe primero y más rápido es básicamente agua en un porcentaje elevado, eso lo hidrata. A medida que sigue succionando extrae básicamente proteinas (nos damos cuenta, si tenemos curiosidad que el color blanco y la espesura de la leche va variando dependiendo de los primeros o últimos minutos), eso lo hace crecer. Por último extrae los lípidos, que es lo que le hace ganar peso, además de endorfinas, que inducen el sueño y proporcionan sensación de bienestar.
 
Este biberon ecológico es cómodo, esteril, está siempre a temperatura adecuada, no cuesta ni un céntimo de pago ni copago y proporciona algo tan vital para el recién nacido además de su alimento, y es esa instintiva necesidad de abrigo y seguridad tras salir del claustro materno.
 
Si alguna duda, pregunten, y trataremos de resolver y de orientar.

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